CAPITULO X – UN ALIADO SE VUELVE ENEMIGO –
La alianza entre humanos y elfos comenzó a tomar la delantera a los orcos. Mientras las mareas de la batalla se volvían a favor de la alianza, los enanos cambiaron su alianza con los orcos y comenzaron a construir suministros de guerra para los humanos. Con las armaduras mas fuertes y las armas mas afiladas de los enanos, los humanos podían ahora derrotar la armada orca sin la ayuda de las fuerzas élficas.
Aunque las victorias de la alianza crecían en número, los elfos comenzaban a sentirse inquietos. Podían sentir que los humanos crecían en fuerza y mas haya de su control. Aun así los elfos no permitían que su malestar se convirtiera en preocupación, puesto que ellos no podían imaginar que lo mas bajo de todas las razas – la basura humana – pudiera concebir una revolución. Y con la victoria final sobre los orcos al alcance de la mano, los elfos no tenían tiempo que gastar en preocupaciones con los humanos. Los humanos continuaron aprendiendo mayores formas de magia, y eventualmente la guerra acabo con la victoria de la alianza entre humanos y elfos. Los orcos fueron forzados a firmar un humillante tratado de paz y rápidamente se retiraron a la seguridad de sus guaridas en las tierras más al norte de Elmore.
El líder de los orcos rió mientras partía, “Estúpidos elfos. Esta victoria no es vuestra, sino de los sucios humanos. ¿Cómo os proponéis controlar estos monstruos que habéis creado?”
Había verdad entre esas palabras de resentimiento, los elfos ahora se encaraban a una nueva amenaza – los humanos. Pero después de la larga batalla, los elfos estaban demasiado cansados y debilitados para luchar. Por el contrario, los humanos con sus nuevos poderes mágicos, se encontraban fortalecidos. Y así, los humanos se alzaron contra la raza élfica.
Demasiado tarde, los elfos se dieron cuenta que ellos habían tomado bajo sus alas a la descendencia de los dragones. Una feroz batalla entre poderes mágicos sacudió la tierra una vez más. Pero los elfos estaban demasiado debilitados para contener a las fuerzas humanas. Los elfos fueron obligados a retroceder lentamente hasta que estuvieron forzados a refugiarse en la seguridad de sus bosques. Desde la seguridad de su posición, preparaban el choque final contra los humanos. La magia élfica era más poderosa en estos bosques y buscaron usar esta ventaja para su victoria.
Los elfos cavaron profundas mazmorras por las que rápidamente se oían los ecos del chocar de las espadas y los gritos de la batalla. Pero la victoria final en un asedio que duró 3 meses fue para los humanos. Ni el orgullo de los elfos, ni los poderes mágicos de los bosques élficos, ni siquiera su superior magia podía hacer frente a la innumerable marea que formaban las armadas de los humanos. Los elfos sufrieron un gran daño y con el tiempo escaparon a la profundidad de los bosques. En su retirada, conjuraron poderosas barreras mágicas alrededor de sus bosques para prevenir el paso de los humanos o cualquier otra raza.
Y así, los humanos se convirtieron en los conquistadores de toda la tierra.
CAPITULO XI – UN RETORNO AL FUEGO DEL CAMPAMENTO –
El extranjero levantó la cabeza, había acabado su última historia
El cuento era diferente de cualquiera que hubiéramos oído, aun así nos parecía extrañamente familiar. La hermosa doncella elfa de nuestra compañía permanecía en silencio, las lágrimas resbalaban por sus mejillas.
La noche se había cerrado aun más mientras el extranjero hablaba, y ahora los aullidos de las criaturas salvajes fueron a ninguna parte para ser oídos. El viento había dejado de mecer las ramas sobre nuestras cabezas, incluso la corriente de aguan del arroyo cercano perecía enmudecer. Sólo el sonido de nuestra respiración y el chisporroteo del ardiente fuego rasgaban la noche. Parecía como si toda la naturaleza a nuestro alrededor contuviera su aliento para prestar atención a la historia que se contaba en el campamento.
Nos juntamos un poco mas mientras el extranjero, aclarando su garganta con una pequeña tos, comenzaba de nuevo.
“¿No es irónico que la mas baja de todas las criaturas, los humanos, obtuvieran finalmente el control de las tierras? Pero eso es el resultado de la voluntad humana. Ni siquiera los dioses podían imaginar que los humanos alguna vez se convertirían en los soberanos de la tierra.
“Ahora, os contare el relato del mas brillante reino humano que jamás haya existido. Esta es la historia de los humanos que caminaron el mismo sendero que los gigantes.”
CAPITULO XII – LA HISTORIA SE REESCRIBE –
Durante las largas batallas contra los orcos y los elfos, los humanos comenzaron a formar reinos primitivos entre ellos. El grupo central estaba compuesto por el clan Athena y humanos hábiles con la magia. Protegían a su gente con su poder, mantenían el orden mediante amenazas, y ocasionalmente se veían envueltos en pequeñas y grandes batallas.
El orden se resolvió rápidamente cuando el líder de Athena, Shuniman, unió las regiones actualmente conocidas como Aden y Elmore. Llamo a este reino Elmoreden y se autoproclamó emperador. La corona de ramas que adornaba la frente de sus ancestros fue sustituida por una corona de oro con brillantes joyas que adornaría ahora su propia frente. Llego a ser conocido como una presencia equiparable a la de los dioses en los tomos de sus seguidores.
El emperador Shuniman se preocupaba de la limitación de vida que tenían los humanos. El hecho de que Gran Kain, dios de la muerte y la destrucción, fuera su creador, dio a los humanos un complejo de inferioridad. Además, los relatos de que fueron creados a partir de lo sobrante de las otras razas, era profundamente humillante para los nuevos soberanos de la tierra. Para su nuevo reino, se necesitaba un nuevo mito; una nueva historia que los mostrara como seres nobles.
Finalmente, y a través de grandes reformas religiosas, Shinuman hizo a Einhasad la diosa de los humanos en lugar de Gran Kain. Mitos e historias fueron cambiados y aquellos practicantes de la magia negra, así como los seguidores de Gran Kain, fueron acosados. La reforma religiosa continuó por generaciones hasta que al final todos los humanos creyeron que Einhasad, la diosa del bien, era su creadora y que Gran Kain era simplemente el dios del mal. Cuando supo de eso, Gran Kain rió en señal de aprobación.
“Aunque no me sirvan, no seré enojado. Pero ignorantes humanos, no importa como intentéis cubrir el cielo con vuestras manos – ¿es realmente el cielo mas pequeño que vuestro puño?[/justify]
CONTINUA
La alianza entre humanos y elfos comenzó a tomar la delantera a los orcos. Mientras las mareas de la batalla se volvían a favor de la alianza, los enanos cambiaron su alianza con los orcos y comenzaron a construir suministros de guerra para los humanos. Con las armaduras mas fuertes y las armas mas afiladas de los enanos, los humanos podían ahora derrotar la armada orca sin la ayuda de las fuerzas élficas.
Aunque las victorias de la alianza crecían en número, los elfos comenzaban a sentirse inquietos. Podían sentir que los humanos crecían en fuerza y mas haya de su control. Aun así los elfos no permitían que su malestar se convirtiera en preocupación, puesto que ellos no podían imaginar que lo mas bajo de todas las razas – la basura humana – pudiera concebir una revolución. Y con la victoria final sobre los orcos al alcance de la mano, los elfos no tenían tiempo que gastar en preocupaciones con los humanos. Los humanos continuaron aprendiendo mayores formas de magia, y eventualmente la guerra acabo con la victoria de la alianza entre humanos y elfos. Los orcos fueron forzados a firmar un humillante tratado de paz y rápidamente se retiraron a la seguridad de sus guaridas en las tierras más al norte de Elmore.
El líder de los orcos rió mientras partía, “Estúpidos elfos. Esta victoria no es vuestra, sino de los sucios humanos. ¿Cómo os proponéis controlar estos monstruos que habéis creado?”
Había verdad entre esas palabras de resentimiento, los elfos ahora se encaraban a una nueva amenaza – los humanos. Pero después de la larga batalla, los elfos estaban demasiado cansados y debilitados para luchar. Por el contrario, los humanos con sus nuevos poderes mágicos, se encontraban fortalecidos. Y así, los humanos se alzaron contra la raza élfica.
Demasiado tarde, los elfos se dieron cuenta que ellos habían tomado bajo sus alas a la descendencia de los dragones. Una feroz batalla entre poderes mágicos sacudió la tierra una vez más. Pero los elfos estaban demasiado debilitados para contener a las fuerzas humanas. Los elfos fueron obligados a retroceder lentamente hasta que estuvieron forzados a refugiarse en la seguridad de sus bosques. Desde la seguridad de su posición, preparaban el choque final contra los humanos. La magia élfica era más poderosa en estos bosques y buscaron usar esta ventaja para su victoria.
Los elfos cavaron profundas mazmorras por las que rápidamente se oían los ecos del chocar de las espadas y los gritos de la batalla. Pero la victoria final en un asedio que duró 3 meses fue para los humanos. Ni el orgullo de los elfos, ni los poderes mágicos de los bosques élficos, ni siquiera su superior magia podía hacer frente a la innumerable marea que formaban las armadas de los humanos. Los elfos sufrieron un gran daño y con el tiempo escaparon a la profundidad de los bosques. En su retirada, conjuraron poderosas barreras mágicas alrededor de sus bosques para prevenir el paso de los humanos o cualquier otra raza.
Y así, los humanos se convirtieron en los conquistadores de toda la tierra.
CAPITULO XI – UN RETORNO AL FUEGO DEL CAMPAMENTO –
El extranjero levantó la cabeza, había acabado su última historia
El cuento era diferente de cualquiera que hubiéramos oído, aun así nos parecía extrañamente familiar. La hermosa doncella elfa de nuestra compañía permanecía en silencio, las lágrimas resbalaban por sus mejillas.
La noche se había cerrado aun más mientras el extranjero hablaba, y ahora los aullidos de las criaturas salvajes fueron a ninguna parte para ser oídos. El viento había dejado de mecer las ramas sobre nuestras cabezas, incluso la corriente de aguan del arroyo cercano perecía enmudecer. Sólo el sonido de nuestra respiración y el chisporroteo del ardiente fuego rasgaban la noche. Parecía como si toda la naturaleza a nuestro alrededor contuviera su aliento para prestar atención a la historia que se contaba en el campamento.
Nos juntamos un poco mas mientras el extranjero, aclarando su garganta con una pequeña tos, comenzaba de nuevo.
“¿No es irónico que la mas baja de todas las criaturas, los humanos, obtuvieran finalmente el control de las tierras? Pero eso es el resultado de la voluntad humana. Ni siquiera los dioses podían imaginar que los humanos alguna vez se convertirían en los soberanos de la tierra.
“Ahora, os contare el relato del mas brillante reino humano que jamás haya existido. Esta es la historia de los humanos que caminaron el mismo sendero que los gigantes.”
CAPITULO XII – LA HISTORIA SE REESCRIBE –
Durante las largas batallas contra los orcos y los elfos, los humanos comenzaron a formar reinos primitivos entre ellos. El grupo central estaba compuesto por el clan Athena y humanos hábiles con la magia. Protegían a su gente con su poder, mantenían el orden mediante amenazas, y ocasionalmente se veían envueltos en pequeñas y grandes batallas.
El orden se resolvió rápidamente cuando el líder de Athena, Shuniman, unió las regiones actualmente conocidas como Aden y Elmore. Llamo a este reino Elmoreden y se autoproclamó emperador. La corona de ramas que adornaba la frente de sus ancestros fue sustituida por una corona de oro con brillantes joyas que adornaría ahora su propia frente. Llego a ser conocido como una presencia equiparable a la de los dioses en los tomos de sus seguidores.
El emperador Shuniman se preocupaba de la limitación de vida que tenían los humanos. El hecho de que Gran Kain, dios de la muerte y la destrucción, fuera su creador, dio a los humanos un complejo de inferioridad. Además, los relatos de que fueron creados a partir de lo sobrante de las otras razas, era profundamente humillante para los nuevos soberanos de la tierra. Para su nuevo reino, se necesitaba un nuevo mito; una nueva historia que los mostrara como seres nobles.
Finalmente, y a través de grandes reformas religiosas, Shinuman hizo a Einhasad la diosa de los humanos en lugar de Gran Kain. Mitos e historias fueron cambiados y aquellos practicantes de la magia negra, así como los seguidores de Gran Kain, fueron acosados. La reforma religiosa continuó por generaciones hasta que al final todos los humanos creyeron que Einhasad, la diosa del bien, era su creadora y que Gran Kain era simplemente el dios del mal. Cuando supo de eso, Gran Kain rió en señal de aprobación.
“Aunque no me sirvan, no seré enojado. Pero ignorantes humanos, no importa como intentéis cubrir el cielo con vuestras manos – ¿es realmente el cielo mas pequeño que vuestro puño?[/justify]
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